EL PERDON

Hola Jotas...

Según la Biblia, somos hechos a imagen y semejanza de Dios.

Nosotros somos capaces de sentir, de amar, de airarnos, de necesitar expresar, de observar, pero sobre todo, de lo más grande que puede hacer nuestro Dios creador... PERDONAR. El ser humano, posee esta característica heredada de su creador.

Conversando ayer con una estudiante de término de psicología, discutíamos el hecho de que hay gente que perdona, sin embargo revive los sentimientos de la agresión sufrida. (Es como si no hubieran perdonado nunca)

Pensemos en un sistema informático de cobros. Entra una cuenta pendiente de cobrar, el deudor paga la cuenta, y ya todo está bien. Para el sistema esa persona no debe. Sin embargo allí queda su historia. Si se lanza un reporte de las deudas que una vez estuvieron pendientes, aparecerá ese cobro (aunque ya saldado).

Generalmente cuando perdonamos, hacemos lo mismo. He escuchado la frase "Yo perdono, pero no olvido" lo cual hace pensar en la forma en la que funciona el sistema informático.

¿Si Dios nos perdonara, pero no olvidara nuestras infracciones, qué sería de nosotros? ¿Y si Dios en algún momento se aíra contra nosotros por nuestras infracciones presentes, nos tomará en cuenta las ya perdonadas? Puedo asegurarle que no.

Así como Dios, nosotros tenemos la capacidad de perdonar y olvidar.

Ese "Yo no puedo olvidar" se llama RENCOR. Una carga invisible que nos llena de amarguras, de pesares, de dolencias, daña nuestro espíritu, nuestra mente, nuestra alma, nuestro cuerpo, nuestra existencia, nuestras relaciones con los demás, con Dios, con nosotros mismos, y a la larga, se hace tan pesada que llega a aplastarnos.

Si de verdad perdonas, tienes que olvidar. No quiere decir que en algún momento no recuerdes lo que te ocurrió, sino que cuando lo recuerdes, no se revivan esos sentimientos de venganza, de desear que el otro sea destruido o que le pase algo, de que tiene que pagar.

Si queremos una armonía con todo lo que nos rodea y con nuestro creador, es necesario perdonar y olvidar.

Un abrazo!